TIPOS DE PÁRRAFOS
Los párrafos
constituyen una unidad textual que puede manifestarse bajo formas diversas,
dependiendo tanto de su posición en el texto como de la intención comunicativa
perseguida por el escritor. Así podemos establecer una apología en la que se
distinguen básicamente los siguientes tipos de párrafo:
Párrafos de
enumeración
Disposición de ideas una de otras y organizadas en torno a una
idea central, la idea organizadora puede aparecer al principio o al final, y
justifica la serie enumerativa en otros términos formar serie.
Observe en negrita la idea organizadora; proceda a la enumeración
y permite entender el sentido de esta.
Ejemplo:
La tecnociencia
ya no es exclusivamente una seguridad de mejora proyectada hacia el futuro.
Comporta peligros y no son en absoluto banales. (1) El primer aldabonazo lo dio posiblemente el gas mostaza en
la primera Guerra Mundial. (2) Los miedos se confirmaron con la bomba atómica
que puso trágico fin a la Segunda Guerra Mundial, y (3) continuaron su ascenso inexorable con los
descubrimiento de los atentados tecnológicos contra la ecología, (4) el miedo a
las posibilidades implícitas en los “cerebros electrónicos” y/o las
inteligencias artificiales, (5) y, mucho más recientemente, las perspectivas
abiertas por la ingeniería genética y la biología molecular.
Párrafos
argumentativos y contra argumentativos
Se caracterizan porque persiguen una finalidad suasoria, pretenden conocer al receptor
de la validez de una tesis: argumentativos a favor de una tesis y contra argumentativos la defensa de
una tesis, se basa no solo en la
presentación de argumentos probatorios de ésta, sino también en la presentación
de argumentos que podría poner en tela de juicio la validez de dicha tesis.
Párrafos
expositivos
En los textos expositivos, el objetivo perseguido es informar al
lector de un hecho o de unos datos concretos; exigen enunciar de manera
explícita la idea central y después desarrollarla mediante un conjunto de
frases que explican, que aclaran, concretan o amplían el sentido de aquello.
Ejemplo: Conocer una necesidad tan básica que todas las sociedades, desde
la más remota antigüedad han procurado
satisfacer a toda costa. Así surgieron las diversas culturas, alimentarias
basadas en siglos de experimentación práctica que dieron lugar a unas normas
transmitidas de generación en generación y a la utilización de alimentos que su
entorno producía. Nuestra famosa dieta mediterránea es un producto exitoso de
una cultura, un clima y una tierra privilegiada.
En este tipo de párrafo, se tratan varios subsistemas, es
frecuente que la utilización de expresiones distributivas como las siguientes:
por una parte,…., por otra parte, por un lado…, por otro lado…, en segundo
lugar…e, en tercer lugar…, no sólo…, sino también, entre otras, y como se hace
en este ejemplo:
No obstante, lo más característico de la historia de la humanidad
a finales del siglo XX no es solo la revolución que han ido experimentando los
medios de información y comunicación, sino también su estricta vinculación al
uso de ordenador como instrumento mediador en el trabajo intelectual y
científico.
La utilización de este tipo de partículas o conectores, no sólo permiten organizar la materia expuesta, sino
también facilitar la lectura y la comprensión del texto; por ello, es
importante tenerlas en cuenta en el momento de la redacción.
Párrafos
delimitadores: Introducción y Conclusión
Los
párrafos delimitadores no constituyen una modalidad diferente a los tipos de
párrafos que hemos visto hasta el momento, ya que una introducción o una
conclusión consisten en párrafos bien enumerativos, bien expositivos, bien
argumentativos, bien contra argumentativos. Con todo, las introducciones y las
conclusiones son unidades textuales que, por su valor delimitador marcan,
respectivamente, el principio y el final del texto. Se diferencian del párrafo
que lo conforman.
En
un texto de naturaleza literaria puede
comenzar sin introducción que proporcione las coordenadas
espaciotemporales necesarias para situar la narración. Este es un procedimiento
que persigue captar la atención al lector, creando expectación e incitando, de
este modo, a proseguir la lectura. De la misma manera, en la literatura, los
finales abiertos pueden resultar atractivos por lo que supone la participación
del lector en el proceso de la lectura. Una obra literaria con un final abierto
permite al lector no sólo idear el final que más le guste, sino también extraer
sus propias conclusiones.
El párrafo de apertura o
introducción
Constituye
una presentación del tema, una primera aproximación a la obra o texto.Objetivo
que debe perseguir toda introducción: suscitar el interés del lector y presentar
la materia o tema que se desarrolló.
La introducción es
mucho más que una simple presentación del tema central, dado que de algún modo
condiciona el resto del texto. Una buena o mala presentación del texto depende
en gran medida su éxito o fracaso. Aquí se debería proporcionar las claves necesarias para comprender el texto,
no solo en contenido, sino también lo
referente al tono que se adoptará: Literaria, científico, culto, científico divulgativo, formal, coloquial.
Además
es la primera toma de contacto del
lector con el texto y que por lo tanto hay que atrapar para estimular al lector
seguir la lectura.
El párrafo de cierre o
conclusión
La
conclusión tiene que cerrar, el acto informativo por lo que su redacción debe
hacerse pensando en que éste párrafo o bien ha de sintetizar el contenido
expuesto previamente, o bien debe ofrecer la solución de un problema que el
texto haya planteado.
La
función sintetizadora o conclusión de sumario, característico de las
conclusiones puede quedar reflejada en la propia estructura de los párrafos
conclusivos; con frecuencia éstos contienen un conector que bien expresa la
idea: en síntesis, en conclusión, a modo de conclusión, a suma, en definitiva,
o bien indica lo que viene a continuación es una consecuencia de cuestiones
planteadas con anterioridad: Por lo tanto, en consecuencia, por consiguiente,
por ello…………